— Titán 5 miles 2018 —
Rubén Barroso Rodriguez

Marcos V. Cambero Gómez
Ya he terminado mi tercera prueba de la Titan Xtrem Tour. Esta vez me desplazo junto con mi cuñado Rubén a Cabeza la Vaca, donde se disputa por la sierra de Tentudía.
Me habían avisado que esta era la prueba más dura de las 5, y la verdad es que no se quedaron cortos. Con un total de 1.820 metros de desnivel positivo en tan solo 55 kms, es mucha cuesta. Pero no solo el desnivel fue lo que la hizo dura, también hay que contar que solo hacia 4º a la hora de la salida, lluvia, aire, barro... Es de esos días que te preguntas ¿Que hago yo aquí?
Pero esa respuesta se vería resuelta a los pocos kilómetros. Una espectacular vista de la sierra, unos paisajes inolvidables y rodeado de una naturaleza de ensueño.
Viendo el día que hacia y la dificultad de la prueba mis objetivos eran dos, el primero no bajarme aunque reventara, y hay que decir que la ruta se las traía y el segundo era no sobrepasar las 5 horas, ya que el desnivel conlleva una velocidad muy baja, y la verdad es que no soy muy ducho en las bajadas para compensar esa lentitud. Y OBJETIVO CUMPLIDO.
Con respecto a la organización decir que los voluntarios de 10, los pobres estaban aguantando las inclemencias meteorológicas, pero el avituallamiento el peor de todas las pruebas que he realizado, naranja, barrita chocolate, agua y bebida azucarada, nada más, el peor con diferencia. Al igual que la bolsa del corredor que traía dos barritas energéticas, dorsal y una camiseta, también la peor que he recibido.
Corramos un tupido velo... y centrémonos en la carrera. Ésta se llevó a cabo en la sierra de Tentudia donde destacaban dos grandes subidas, una al Techo de Huelva y otra al Monasterio de Tentudía, las cuales estuvieron precedidas de un continuo sube y baja de cuestas y senderos. En si mismos, los senderos no presentaban una dificultad técnica elevada, lo cual me alegro mucho, ya que no soy muy bueno en ese aspecto, al igual que en otros muchos, jajajaja, pero el esfuerzo de recorrerlo mereció la pena. Las zonas que cruzaban eran impresionantes, allá donde mirabas estaba verde y lleno de agua, lo que conlleva a barro y del pegajoso.
Pero eso no importa, al principio, nada más ver el recorrido, el cual se cruza varias veces sobre si mismo, pensaba que iba a ser siempre lo mismo, me equivoque porque cada carril, cada subida, cada largo sendero, cada riachuelo que se cruzaba era diferente, sin duda es una prueba que recomendaría sin ninguna duda.
Me gustaría repetir sin duda, pero antes hay que solucionar los constantes dolores del espalda, ni la biomecánica ni los estiramientos evitan que aparezcan cada 20 kms, y en este caso debido al esfuerzo mucho antes, pero no pensé en rendirme en ningún momento, cuando ya es insoportable, se baja, se estira y vuelta la marcha, pero es un apena ya que no me permite disfrutar de este deporte como me gustaría.
Lo mejor de la ruta, como siempre, la llegada a meta, no por terminar el Infierno del Sur, que bien se ha ganado el nombre, sino por quien espera en ella, mi mujer Guadalupe y mi hija Julia que siempre están ahí dando ánimos y apoyándome. Esta vez también estaban mi hermana Rakel y mi cuñado Juanma a los cuales les quiero dar las gracias, ya que el tiempo no estaba para estos menesteres, pero me hizo una ilusión enorme el poder veros. Y la gran sorpresa del día, mi cuñada Vanesa que vino a darle una sorpresa a Rubén. MUCHISIMAS GRACIAS A LOS 5.
Y sin mas me despido hasta el 20 de mayo que volveremos a la carga en las Villuercas, donde se realizara la 4ª prueba de la Titan.
