— Huelva extrema 2018 —

14/04/2018

     Ya es mi sexta vez en esta durísima prueba de BTT, acompañado como no, de mi fiel escudero, Ángel Romero, el cual está siempre ahí apoyándome en esta espectacular prueba.

    A primera hora  en Higuera de la Sierra nos disponemos para comenzar la aventura, junto con Moisés Vázquez (que no nos separamos en todo el camino), Jorge Bonilla Bonilla y Antonio Rosa Vargas, estos últimos que realizaron un carrerón. En la linea de salida se empiezan a notar los nervios y las ganas por empezar, con un gran ambiente y camaradería por parte de todos los participantes.

    A las 8:00 empezamos con ganas y fuerza, dispuesto a recorrer los 200 kms de los que consta, recorriendo la provincia de Huelva de norte a sur, con un desnivel acumulado de 3.000 metros, esto no es moco de pavo.

     Los primeros 90 kilómetros del recorrido fueron los más duros, ya que sólo en ese tramos superamos los 2.000 metros de desnivel. Nada más pasar el embalse de Arancena nos encontramos las primera gran subida. En Puertomoral empezamos a recorrer senderos por medio de la sierra, pasando por Corteconcepcion y Aracena, donde según mis cálculos y la provisiones que llevo encima no decido parar, Moi y yo nos encontramos fuertes y seguimos dándolo todo.

     Llegamos a la zona de Linares de la Sierra, donde los caminos se llenan de piedras que hacen mas duro el camino y por si fuera poco la subida de la Umbría, donde bajamos hasta el  río Uriel, y otros tantos, los cuales nos vienen bastante bien para refrescar las piernas ya que tenemos que bajarnos de las bicicletas para poder atravesarlos, debido a la lluvias acaecidas días anteriores.

     Ya estamos en Campofrío, donde tengo decidido parar, y como no ahí estaba mi compadre para abastecerme, reponemos fuerzas y nos disponemos a salir corriendo, pero que sorpresa nada mas salir, mi hermana y mi cuñado dando la nota, los único que animan, allá donde van se les escucha, muchas gracias por esos ánimos que nos disteis en los sitios más insospechados, como por ejemplo en las minas de Rio TInto, donde estaban los dos locos, solos en medio de la nada, que alegría me dio, se me saltaron hasta las lagrimas, dandolo todo con sus bocinas, en medio de ese paraje casi marciano, lleno de cuestas y paisajes increíbles.

     Seguimos las vías del tren y subimos al municipio de Berrocal, donde voy a realizar mi segunda parada, pero otra vez, para mi asombro y el del resto de participantes volvían a estar mis fan, como llegaron tan rápido??? Pero esta vez no se dieron por satisfechos con darle a las bocinas sino que salieron corriendo y gritando detrás mía (ver fotos) y de Moises, para montarse en el coche y perseguirnos tocando el claxon y dando voces para ayudarnos en esa subida de asfalto, dura y larga, donde Angel me estaba esperando, compadre perdona mis voces pero los nervios y la tensión de la carrera...

    Seguimos fuertes y muy concentrados, ahora venia la cuesta del Carril, el último gran desnivel, una rampa de casi 8 kms, llena de piedra suelta y con una dificultad altísima, pero no nos rendimos, nada nos para, vamos a una, da igual que tenga que pasar varios ríos, algunos que nos llegaban a la cintura, tramos intransitables, pero ahí seguimos, tengo que cumplir mis sueños, pero no puedo relajarme. De repente escucho una campana, no puede ser, mi hermana no puede estar ahi a la vuelta, pero ya nada me sorprende, si que están, ni Moises, ni yo, ni  muchos de los otros corredores se lo creen...

     Ya vamos de camino a Paterna del Campo, donde veo el Pinguete desafiante, deseoso de vencerme, pero nada nos va a detener, km 130,  segundo corte, voy a buen ritmo y llego con más de dos horas de margen, me puedo permitir relajarme un poco, descansar y comer. Paro justo antes del avituallamiento donde Ángel, Lupe y Marcos nos están esperando para reponer líquidos, geles, comer unos bocadillos y darnos más ánimos. Cuando terminamos de repostar y tras una breve despedida, arrancamos con más fuerzas que nunca, ya no queda nada, que son 70 kms...

     Ahora el paisaje cambia por completo, pasamos de unas duras subidas, donde la fuerza física era lo más importante, a un paisaje sin arboles, donde me encuentro con un falso llano y un infernal aire que no deja de soplar en ningún momento, tramos donde una buena fortaleza mental y un buen acompañante hace que llegar al puente romano de Niebla y al siguiente abastecimiento en Bonares sea posible.

     Una vez tomado las ultimas fuerzas en Bonares, nos dirigimos a la meta, Mazagón,  las piernas me responde, el corazón lleno de ilusión y la cabeza fría, donde no me puedo quitar en ningún momento a mi mujer Vane y a mis niños, que gracias a sus esfuerzos y apoyos puedo estar realizando esta prueba épica.

     Solo 30 kms solo 30, 30 para el final, no paro de repetirlo. Camino lleno de pequeños repechos, pero con 170 kms ya realizados y el viento parecen interminable subidas hasta llegar a Moguet. Lugar donde nos encontramos un recto camino entre pinares, lleno de barro y charcos donde nos pone a prueba tanto a mi como a la bicicleta, que no se me olvide dar las gracias a Paqui por dejármela y a Mario (Ciclos Muñoz) por ponermela a punto.

     Ya está ahi el final, veo unos metros antes a mi compadre, no puedo evitar bajarme y darle un abrazo, eres muy grande, acompañado de mi hermana Lupe y mi cuñado Marcos, que no cesaron de animarme. Ya solo quedan metros para cruzar la meta, veo claramente el marcador 10 horas 10 minutos y 22 segundos, no se me olvidara esta prueba, esos ríos, esas cuestas... Nada me detiene. MI SUEÑO ESTÁ OCUPADO...

Vamos de Ruta, Moron de la Frontera (Sevilla), vamosderutamoron@gmail.com
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